«Apruebo» o «Rechazo»: la difícil carrera por el voto constituyente voluntario

«Apruebo» o «Rechazo»: la difícil carrera por el voto constituyente voluntario

Compartir

La frase se ha repetido en varias salidas a terreno de la oposición y ha comenzado a causar preocupación. “Es bueno que haya gente que conozca la Constitución, las leyes”, dice algún dirigente partidista. Sus voces suelen aparecer en las reuniones constitucionales, justo cuando los expositores argumentan la importancia de votar por el mecanismo de convención constitucional, aquel que permite la elección de la totalidad de los miembros que redactarán la nueva Carta Magna. Entonces, algunas manos se levantan. “Es importante también la experiencia”, opina alguno de los presentes, justificando la opción de la convención mixta constitucional, que se compone por 172 miembros, 86 electos por la ciudadanía y 86 parlamentarios en ejercicio.

Según la encuesta Cadem del 24 de enero, la convención mixta, con un 45% de las preferencias, se acercó por primera vez a solo dos puntos de la convención constituyente, que obtuvo un 47% en el sondeo. Este incierto escenario ha llevado a los creativos y encargados de la campaña de la oposición a poner un especial foco en el mecanismo, más allá del llamado a votar “apruebo”. El tema ha sido tratado en varias reuniones.

A dos semanas para el lanzamiento oficial de la campaña del plebiscito, el próximo miércoles 26 de febrero, tanto oficialismo como oposición empiezan a cerrar filas en torno al diseño que utilizarán para conquistar el voto de la ciudadanía. Una apuesta no menor, tomando en cuenta que, tanto para analistas políticos como para las propias colectividades, el voto de las elecciones de abril se ha ganado el calificativo de “volátil” y particularmente sensible a la contingencia.

“Es importante cómo se enfrenta la campaña y los mensajes que se vayan articulando, porque esta no es una votación sobre un partido político o sobre personas de un partido, es una decisión sobre el país, por eso se trata de un voto que es sensible a lo que pasa en la coyuntura”, explica la cientista política y presidenta de la Fundación Chile 21, Gloria de la Fuente.

Las colectividades están al tanto de esta realidad y, por lo mismo, reconocen la importancia de la estrategia de campaña, así como también las diferentes formas para captar el voto ciudadano el próximo 26 de abril.

RECHAZO POR REFORMA

Los análisis comenzaron a mediados de enero y desde entonces no han parado. Quienes están por el “rechazo” en RN han realizado una serie de focus group intentando entender cómo abordar la campaña según la lógica de la ciudadanía en medio de la crisis.

Los resultados han delatado que buena parte de la ciudadanía no estaba por votar “rechazo”, argumentando que esta opción significaba mantener las injusticias que generaron el estallido social del 18 de octubre.

Muchas personas entendían la opción del ‘rechazo’ como un camino que no generaba cambios para el país, que era seguir con lo mismo, por lo tanto, el sentido común obligaba a estar en el ‘apruebo’ para cambiar la Constitución”, señala Tomás Fuentes, analista político, vicepresidente de RN y quien ha compartido estos resultados con la UDI y miembros de Evópoli que van por el “rechazo”.

Fuentes explica también que se tiende a asociar el “apruebo” como cambios a la Constitución, enfocados en mejoras en salud, trabajo y educación y no como un partir de cero con la Carta Magna.

Por lo mismo, la campaña del “rechazo” se ha orientado precisamente a dotar esta opción de cambios, reformas importantes y de una agenda social más corta y sin el riesgo de la incertidumbre de los dos años que -según señalan en el comando “rechazo”- podría durar la redacción de una nueva Constitución. “Es fundamental que los que están en la campaña del ‘rechazo’ entiendan que las adhesiones a una u otra opción son volátiles y, en crisis, la ciudadanía preferirá cambios más seguros que inciertos”, afirma Fuentes.

Sin embargo, se trata de un desafío y una tarea compleja. Quienes trabajan por el “rechazo” reconocen que la participación más importante del próximo 26 de abril será de quienes igualmente quieren cambios para el país, pues se estima que dentro el electorado hay un 40% que ni siquiera está seguro de si votará o no.

UN MILLÓN DE HOGARES

El sábado 29 de febrero será un día importante para quienes están por el “apruebo”. Ese día, los comandos de Convergencia Progresista (PPD-PS y PR), Frente Amplio (RD, Convergencia Social, Comunes y Partido Liberal) y Frente de Trabajadores (CUT) saldrán en masa a buscar el voto para cambiar la Constitución. Lo harán a través del puerta a puerta, banderazos y repartición de folletos informativos sobre el proceso.

Confiados en el alto respaldo de la ciudadanía para cambiar la Carta Magna, en la oposición están conscientes de que sus fichas también deben estar en el mecanismo. No solo porque hay gente que duda de las capacidades de los futuros constituyentes, sino porque también asumen que los votos de quienes optarán por el “rechazo” difícilmente respaldarán una convención constitucional.

Por eso, la meta es ambiciosa. En un mes, los comandos por el “apruebo” esperan llegar como mínimo a un millón de casas. En las visitas planean explicar la importancia de la elección del 100% de los constituyentes, bajar el “temor” que generan posibles hechos de violencia en los primeros días de marzo e invitar a la gente a participar del proceso.

Marzo es un tema constante de preocupación, pues saben que las manifestaciones violentas desprestigian el movimiento social y generan inquietud en la ciudadanía.

“Una materia que preocupa es el voto volátil o voto golondrina, gente que va tomando decisiones a último minuto, y ese voto depende mucho de la contingencia. Por eso es importante el mensaje que se entregue, el trabajo como comando y es ahí donde tenemos que apuntar. El desafío es mantener la diferencia a favor que se ha visto en el ‘apruebo’”, señala Mauricio Andrews, secretario general del PR y encargado de comando de Convergencia Progresista.

ORGANIZACIONES Y BATALLA DIGITAL

Los partidos no son los únicos detrás del plebiscito. Un número importante de organizaciones sociales, figuras de la contingencia y fundaciones han tomado un rol clave en la campaña por el “apruebo” o “rechazo”. ¿Su plataforma principal? Las redes sociales. En la oposición, de hecho, reconocen que están “atrasados” comparados con el comando por el “rechazo”, especialmente en la viralización de videos. Esta tarea ha quedado en manos de organizaciones civiles y la propia ciudadanía. El sábado 1, por ejemplo, el cineasta y ganador del Óscar Sebastián Lelio decidió entregar su apoyo al “apruebo”. Desde entonces, él mismo comenzó la difusión de un afiche promoviendo el voto y el mecanismo para una nueva Carta Magna.

Desde la otra vereda, en tanto, una de las entidades que no han querido quedar fuera es la Fundación Jaime Guzmán (FJG). En diciembre, la entidad -fundada en honor al senador homónimo y encargado de redactar la Constitución de 1980- comenzó a formar monitores. Ellos son los encargados de participar en distintas charlas y explicar la importancia de la actual Constitución y lo beneficiosa que ha sido para el país.

En la FJG, sin embargo, no desconocen la alta adhesión que genera el “apruebo”. Por eso, apuestan por alcanzar un mínimo del 35% de los votos, ya que perder con menos -señalan- sería una derrota para la Constitución de Guzmán.

La comunidad evangélica también ha querido tomar un rol clave. José Lema y Francisco Conejeros, representantes de Unión Evangélica por los Valores Cristianos (Unevac) y ONG Principios, respectivamente, han recorrido siete regiones del país impartiendo charlas en las que explican la actual Constitución y dan sus argumentos para rechazar una nueva.

Por otro lado, se creó la Mesa por el Rechazo, una instancia informal ideada por obispos y pastores evangélicos a través de un grupo de WhatsApp. Las reuniones son cada 15 días y en todas se crean comisiones de logística, de educación y formación, y de comunicaciones conformadas por distintas personas cada vez.

Desde el “apruebo”, agrupaciones feministas o movimientos por la diversidad sexual también buscan su espacio para promover una nueva Carta Magna. Un espacio que si bien no ganaron en la franja televisiva -que puede llegar a 60 mil personas por punto de rating-, al menos estará disponible en el área digital. Serán los partidos los que a partir de dos semanas tendrán que mostrar sus productos y evaluar -el 26 de abril- cuál se vendió mejor: “apruebo” o “rechazo”. (La Tercera)

Dejar una respuesta