¿Aprender de la historia?-Juan Luis Ossa Santa Cruz

¿Aprender de la historia?-Juan Luis Ossa Santa Cruz

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En carta de ayer, José Manuel Castro incurre en un extraño olvido histórico: según él, “en los últimos cincuenta años Chile ha experimentado dos procesos de transición política de los cuales es posible sacar lecciones para la situación actual”. El primero ocurrió durante “la década de los 60 y 70, especialmente durante la llamada ‘transición al socialismo’”, en el cual “primó el disenso político, la violencia y el maximalismo revolucionario que llevaron, entre otros factores, al quiebre de la democracia”. El segundo es el “proceso de transición y afianzamiento de la democracia chilena”.

Más allá de que mi acercamiento a la historia sea distinto al de Castro (no creo, por ejemplo, que ella tenga un rol ejemplificador ni aleccionador, como si el presente tuviera que inevitablemente ser mejor por el mero hecho de venir después de algo), me llama la atención que en su carta se salte 17 años de historia.

Porque si de transiciones se trata, no cabe duda de que fue durante la dictadura que se experimentaron al menos dos cambios transicionales profundamente estructurales: por un lado, se introdujo —de arriba hacia abajo— un sistema económico muy distinto al entonces conocido. Si bien no es relevante zanjar ahora si dicho sistema es “mejor” o “peor” que el anterior, sí vale la pena referirse a él: al final de cuentas se trata de un aspecto demasiado importante como para ni siquiera nombrarlo.

El otro cambio, que derivó en una modificación constitucional que todavía nos divide, fue incluso menos pactado. La transición constituyente fue a puertas cerradas, a diferencia de lo que venía siendo el ejercicio de la Constitución del 25, cuyas reformas fueron discutidas transversalmente. Si hoy estamos discutiendo sobre una nueva Carta es, en gran medida, debido a las consecuencias de esa gran transición que Castro omite.

En definitiva, la función de los historiadores no es esconder bajo la alfombra aquello que les resulte incómodo. La historia es tan dura e incierta como la vida, pero más vale enfrentarla que hacer como que ella no existió. (El Mercurio Cartas)

Juan Luis Ossa Santa Cruz
Investigador Centro de Estudios Públicos

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