Antifa, radicales de izquierda, sin orgánica ni líderes, que encara a supremacistas

Antifa, radicales de izquierda, sin orgánica ni líderes, que encara a supremacistas

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A una semana de la muerte del afroamericano George Floyd a manos de la policía de Minneapolis (Minnesota), las protestas contra la violencia racial se han extendido por todo Estados Unidos.

Y, si bien siempre empiezan de forma pacífica, varias de estas manifestaciones han terminado con hechos violentos en la vía pública, alertando a las autoridades, incluyendo al Presidente Donald Trump.

Los últimos días, el Mandatario ha rechazado con dureza estos hechos e, incluso, ha buscado responsables. Fue así como llegó al movimiento de izquierda radical «Antifa», al que catalogó de instigador de las últimas protestas, razón por la cual estudiaba considerar a este grupo como «terrorista».

«Estados Unidos designará a ANTIFA como Organización Terrorista», tuiteó Trump, poniendo a este movimiento al mismo nivel de organizaciones como Al Qaeda y el Estado Islámico.

El asesor de Seguridad de la Casa Blanca, Robert O’Brien, y el fiscal general, Bill Barr, consideran a los miembros de Antifa como «militantes radicales» por atizar la violencia.

Pero, ¿quiénes son los miembros de Antifa y qué certeza hay de que estén detrás de las manifestaciones?

¿QUIÉNES SON?

La palabra «antifa» proviene de antifascismo y comenzó a utilizarse a comienzos de la década de 1930 en Alemania para denominar a grupos socialistas que le plantaban cara al surgimiento del nazismo.

En Estados Unidos, se han hecho notar en las últimas dos décadas, haciendo campaña por asuntos sociales. «Creemos y peleamos por un mundo libre de fascismo, racismo, sexismo, homo/transfobia, antisemitismo, islamofobia e intolerancia», dijo en su cuenta de Twitter esta semana Antifa New York.

Pero el objetivo principal era bloquear el resurgimiento de neonazis y grupos de blancos supremacistas. Uno de los más antiguos, el Antifa de Rose City, Oregon, impidió en 2007 un festival de música organizado por neonazis.

Sus tácticas incluyen denunciar públicamente a militantes de extrema derecha y organizar contraprotestas. Pero desde que la elección de Trump en 2016 renovó los bríos de grupos de derecha, Antifa se lanzó a confrontarlos directamente y a la desobediencia civil destructiva. Por ejemplo, en agosto de 2017 estaban a la cabeza de contramanifestaciones cuando supremacistas blancos y neonazis marcharon en Charlottesville, Virginia, donde se produjeron batallas campales.

Desde entonces, ambas partes se han enfrentado en varios lugares, entre ellos Portland y Berkeley, California.

Antifa, según el Servicio de Investigación del Congreso, no tiene una organización nacional ni un líder y es descrita como una entidad «descentralizada, radical, de grupos o individuos afines«.

La mayoría no son violentos, dice el informe, pero «una parte de los miembros del movimiento Antifa quiere cometer delitos para promocionar sus creencias».

¿ANTIFA IMPULSA LAS PROTESTAS?

Fuera de Trump y sus aliados, funcionarios federales y locales dicen que los disturbios generalizados de la última semana involucran a muchos grupos, tanto de derecha como de izquierda, y entre ellos, pero no solo, Antifa.

«Varios grupos terroristas domésticos de derecha e izquierda están instigando y cometiendo actos de violencia y saqueos», tuiteó Marco Rubio, presidente del Comité de Inteligencia del Senado.

La red ABC News reportó que el Departamento de Seguridad Interior cuenta con documentos de inteligencia que acusan a actores de ambos extremos del espectro político. En Minnesota, donde comenzaron los disturbios, funcionarios dicen que los instigadores de la violencia son blancos nacionalistas, izquierdistas, anarquistas y hasta traficantes de drogas.

Mark Bray, un historiador que ha estudiado a Antifa, dijo que ciertamente activistas de esa organización están involucrados, aunque recalcó en The Washington Post que «básicamente, no hay suficientes anarquistas o grupos Antifa para desatar por sí mismas tanta destrucción».

«Desde un punto de vista factual no es cierto que la mayoría de las personas involucradas en estas protestas o actos de destrucción de propiedad se identifiquen como Antifa o antifascistas. No hay pruebas para sostener esto», dijo, añadiendo que «me parece bastante obvio que es un esfuerzo de la derecha para deslegitimizar el movimiento de protesta», añadió.

¿Trump puede considerarlo terrorista? Probablemente, no. Estados Unidos carece de normas para calificar a grupos violentos domésticos de terroristas; como ocurrió con Al Qaeda o el Estado Islámico. La designación mundial de terrorista es una poderosa herramienta: permite detener y encarcelar a cualquiera que exprese apoyo a esos grupos.

Eso no se aplica dentro de Estados Unidos por una simple razón: una ley así, temen muchos, tentaría a un líder a aplicarla contra rivales políticos. No obstante, hay presiones para endurecer la calificación de delitos, especialmente debido a los frecuentes tiroteos masivos contra afroamericanos y judíos perpetrados por blancos nacionalistas desde hace años.

El director del FBI Chris Way dijo en febrero en el Congreso que los supremacistas blancos serían investigados de la misma forma que los simpatizantes de Estado Islámico y que se utilizarían equipos antiterroristas de la entidad.

Aunque el fiscal general Barr señala a Antifa como una fuente de disturbios, tiene limitaciones para trasladar la investigación a esa fuerza antiterrorista. Indicó que el foco debe ponerse en crímenes federales que involucren cruzar fronteras de estados para participar en disturbios. (Emol AFP)

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