Tres ministras, un subsecretario y el propio Presidente Gabriel Boric han resultado dañados del terremoto político tras la denuncia por abuso sexual y violación contra el ex subjefe de Interior, Manuel Monsalve. Lo anterior ocurre, además, en medio de una evaluación sobre un próximo cambio de gabinete, que daría paso al éxodo de autoridades que buscan competir en las elecciones parlamentarias del próximo año.
Para disputar dichos comicios, quienes detentan un cargo en el Ejecutivo tienen hasta la primera quincena de noviembre para dar un paso al costado. Por ello, en Palacio se ha venido pensando en un reajuste ministerial que, según dirigentes del oficialismo, seguiría en pie incluso con el caso Monsalve andando.
Hay quienes indican que el hecho que el subsecretario de Justicia, Jaime Gajardo (PC), haya subido a ministro de la cartera, responde a que los titulares de Trabajo, Jeannette Jara, y Educación, Nicolás Cataldo -ambos del PC- están evaluando dejar sus cargos. Por lo demás, está el factor de la portavoz del Ejecutivo, Camila Vallejo (PC), quien dejará sus funciones a fines de diciembre para tomar su prenatal. Como sea, el caso del exsubsecretario vino a desgastar al comité político.
La denuncia, al margen de la ministra del Interior, Carolina Tohá, tomó desprevenidos a sus integrantes, los que se enteraron de la trama el mismo día que esta se devela por la prensa y que se concreta la salida de Monsalve. Esto habría generado la molestia de la ministra de la Mujer, Antonia Orellana, quien reconoció este fin de semana que «evidentemente me habría gustado enterarme antes».
El caso de presunto abuso sexual y violación que se fraguó en el propio Palacio, ha dejado inevitables críticas para la secretaria de Estado que encarna el compromiso del Gobierno feminista.
Evidentemente lo de Monsalve también ha golpeado a la ministra del Interior, Carolina Tohá, por encabezar la cartera en la que se gesta el caso, a lo que se suman los embates de la crisis de seguridad, con los ochos homicidios perpetrados en la Región Metropolitana este fin de se semana.
La última Cadem arrojó una caída de 11 puntos en su aprobación, llegando al 35%. «Siento mucha rabia», sinceró la jefa de gabinete sobre el escándalo que protagoniza Monsalve y reconoció que está «muy preocupada» por el impacto que llegue a tener el mismo.
Cabe destacar que, al margen de esta coyuntura, hay ministros que atraviesan momentos complejos, como es el caso de la ministra de Salud, Ximena Aguilera, por la falta de recursos para hospitales, la derivada en salud de la crisis de seguridad y el problema de las listas de espera.
PREMURA POR CAMBIO DE GABINETE
Es así que, ya sea por el calendario electoral, como por el impacto de la denuncia contra Monsalve, hay quienes apremian la necesidad de un reajuste ministerial. Este lunes, los diputados UDI, Flor Weise y Juan Manuel Fuenzalida, llamaron al Mandatario a adelantar el cambio de gabinete, empezando con la remoción de las ministras Tohá y Orellana, además del subsecretario de Prevención del Delito, Eduardo Vergara.
«Han demostrado una vez más la incapacidad de este gobierno en el manejo de la seguridad en el país, donde cada fin de semana se siguen engrosando las cifras de delitos violentos y homicidios», sostuvieron, mientras que, en el caso de Orellana, acusaron que «se ha transformado en irrelevante para esta administración»
Además de las titulares del Interior y de Mujer, la ministra de la Segegob, Camila Vallejo, también ha recibido críticas por no salir a enfrentar el caso Monsalve cuando detonó el jueves pasado.
La vocería de ese día estuvo en manos del propio subsecretario del Interior y de Tohá, mientras que el viernes, fue el Presidente Boric quien asumió la primera línea del escándalo con una conferencia de prensa que se extendió por cerca de una hora. Vallejo no apareció hasta las 17:00 horas de ese día, en que concedió un punto de prensa para «reforzar» y aclarar el mensaje del Mandatario.
Con todo, en el oficialismo hay quienes se distancian de la idea de un rebaraje ministerial. Es el caso del presidente del PPD, Jaime Quintana, quien señaló que «no me parece que sea el momento de pensar en cambios de gabinete; probablemente las cosas en general se pudieron hacer mejor en medio de esta crisis, pero no se puede acusar al gobierno de ocultamiento ni mucho menos; se empezó a actuar con la información que se tenía en ese momento. Hoy todas las aristas han ido evolucionando. Lo relevante es que todo está siendo investigado».
A su vez, el timonel del Partido Radical, Leonardo Cubillos, sostuvo que «los cambios de gabinete se producen cuando existe un hito político fijado por el Jefe de Estado, pero con una incidencia mucho mayor a lo provocado por una renuncia y con los motivos por los cuales se llevaron».
«Sin perjuicio de lo indicado, debiese existir en evaluación algún cambio asociado al plazo fijado por la ley que determina la renuncia de autoridades con motivo de enfrentar candidaturas a parlamentarios, si es que efectivamente se producen aquellas», añadió.
¿CADUCÓ EL GABINETE?
En ese contexto, analistas políticos abordaron la idea de que el gabinete de Boric esté fatigado al punto de ameritar un cambio.
A juicio del académico de la Universidad Central, Marco Moreno, «la crisis del caso Monsalve no hace más que acelerar un inevitable cambio de gabinete que se produciría igualmente porque algunas autoridades del Gobierno tendrían que renunciar o tendrán que renunciar para competir por un escaño en el Congreso».
«Recordemos que el plazo es el 15 de noviembre para que puedan hacerlo, con posterioridad a esa fecha seguramente se iba a tener que ajustar el gabinete en función de eso, pero también de los resultados que se obtengan el domingo en las elecciones municipales y regionales. Esos dos elementos estaban presentes en el rediseño que efectivamente el Presidente tenía que concretar durante estos días para poder tener un gabinete que lo acompañe a final de su mandato», sostuvo.
Ahora bien, advirtió que «el caso Monsalve obligó al Presidente a tener que hacer unos ajustes inesperados o algo improvisados, como la salida del ministro Cordero del Ministerio de Justicia para recaer en la subsecretaría de Interior y desde ahí intentar ordenar la crisis política y comunicacional que se había abierto a propósito de las dificultades para tener un relato claro en relación a esta crisis»
«Por tanto, esos elementos se van a tener que cuadrar de mejor manera a partir de los resultados electorales del domingo, pero también por la inevitabilidad de la salida de autoridades para competir en las elecciones parlamentarias del próximo año. Ciertamente el caso Monsalve obliga a actuar con mayor rapidez que probablemente los tiempos que tenía originalmente pensado el Presidente«, agregó.
A su vez, el investigador asociado a faro UDD, Rodrigo Pérez de Arce, advirtió que «todavía es muy pronto para saber cómo va a salir parado el gabinete de esta coyuntura, en buena medida porque todavía no sabemos los alcances de la investigación, las responsabilidades que le caben a cada integrante del comité, sabiendo también que no todos tomaron parte en las decisiones de las primeras horas».
Reparó que «esta no es sólo una crisis penal, sino que se volvió una crisis política, generada por la improvisación, la falta de explicaciones claras y la distancia entre lo que dicen los personeros de gobierno y sus acciones. Que a estas alturas todavía no tengamos una cronología clara del caso es una falta elocuente».
En ese sentido, afirmó que «uno observa que el mecanismo de información interna no funcionó bien, que hubo ministros que se enteraron casi literalmente por la prensa del caso, que las salidas comunicacionales fueron en buena parte improvisadas, y eso sin duda lesiona las confianzas, que son tan relevantes en momentos críticos». (por María Luisa Cisternas, Emol)