¿Agenda liberal hoy?

¿Agenda liberal hoy?

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¿Cuál debería ser la agenda liberal de la futura centroderecha? Frente a la que considero la elección presidencial y parlamentaria más importante de las últimas décadas, solo puedo intentar una respuesta pragmática, relacionada al evento electoral próximo.
Confluyen en la centroderecha sensibilidades distintas. Al menos tres: la conservadora, la liberal y la socialcristiana. Cualquiera que quisiera imponer su sensibilidad frente al resto, impediría la clave para el éxito electoral próximo: la capacidad de juntos construir una alianza política sólida – Chile Vamos – que convenza al electorado que tenemos las mejores ideas y que las compartimos de verdad, cuestión vital para conseguir el apoyo politico que permita llevarlas a cabo.

Dentro de la centroderecha es mucho más y más importante lo que une, que lo que nos separa. Nos une, en primerísimo lugar, gobernar respetando siempre la dignidad de la persona humana. Nuestros adversarios son eso: adversarios y jamás enemigos. En seguida, nos une la importancia que le damos al mérito individual como elemento que debe definir el horizonte al que cada persona puede aspirar en su vida. Nos une también el que valoramos la democracia política, como un sistema imperfecto, pero el único conocido capaz de lograr la alternancia en el poder, en paz. Nos une nuestra repulsión al despilfarro y a la corrupción que casi siempre coexisten en un Estado hipertrofiado que asume muchísimas tareas y, por eso, en general, las cumple mal. Nuestra preferencia es claramente un Estado más pequeño y potente que provea los bienes públicos necesarios y que lo haga en forma eficiente. Entre ellos, sin duda compartimos que deben estar la igualdad de oportunidades para todos los chilenos en áreas tan sensibles como educación, salud y vivienda; la promoción de la libertad de enseñanza y la provisión mixta de educación con prestadores públicos y privados para que las familias elijan; un poder judicial que no tema aplicar la ley a todos por igual; el orden público, que debe ejercerse con mesura pero con firmeza y la defensa de las fronteras de la nación

Todo lo anterior nos une. Nuestros adversarios no pueden decir lo mismo. Entre ellos hay quienes son auténticos demócratas, pero otros que defienden la democracia popular cubana o chavista. No creen tanto en el mérito sino que aspiran a un asistencialismo estatal generalizado que nos conduzca a una utópica sociedad de iguales, independiente del esfuerzo de cada cual. Creen en un Estado todopoderoso con altos impuestos y una burocracia masiva que en la profusa aplicacion de regulaciones sacrifique el crecimiento económico, única fuente de progreso estable.

¿Hasta dónde debe llegar hoy la agenda liberal de la centro derecha? En mi opinión, considerando el tiempo político que vivimos, la libertad solo debe llegar hasta donde lo permita una convivencia pacífica dentro de Chile Vamos. Y tengo el convencimiento que este es un trecho muy amplio para que la libertad juegue un rol muy importante en nuestras políticas públicas.

Pero seamos sinceros y hablemos con la verdad. En los así llamados “temas valóricos”, la libertad individual que debemos permitir nos ha enfrentado. Constatado el hecho, debemos postergar esa discusión hasta que seamos gobierno y tengamos los votos necesarios para aprobar o rechazar lo que hoy nos divide. ¿Qué sentido tiene discutir y pelear hoy por lo que no podemos cambiar, por no tener los votos? Hoy solo tiene sentido unirnos con decisión y mística frente a lo que compartimos y ganar elecciones.

No se trata de “barrer debajo de la alfombra” nuestras diferencias. Se trata de priorizar lo que nos une, crear las confianzas entre nosotros y luego, desde un gobierno de mayoría, enfrentar con generosidad los temas que legítimamente nos dividen. (La Tercera)

Julio Dittborn

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