Adelanto encuesta Black & White: “Rechazo, cerca de 60%; Apruebo, 40%

Adelanto encuesta Black & White: “Rechazo, cerca de 60%; Apruebo, 40%

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Fundadora y socia de la empresa consultora Black & White, Paola Assael es economista y adelanta que en su última encuesta, que se publicará en los próximos días, el rechazo está arriba en una proporción del orden de 60% y 40%. “La opción rechazo, entre mayor medida sea asociada  a los empresarios, a los ricos y a la centro derecha, menos probabilidades tiene de ganar. Es muy importante que el rechazo no esté vinculado con esos grupos”, afirma.

-¿Se mantiene la tendencia a favor del rechazo?

-La última encuesta nos vuelve a dar que sigue ganando el rechazo por una proporción de 60% versus 40% de apruebo. En nuestras mediciones lo que hemos hecho es forzar a  que la gente revele su opinión, que la gente diga apruebo o rechazo. En cambio en otras encuestas están informando los que no saben no contestan. La CEP tuvo tuvo 48% de personas que no estaban decididas o que no contestaban. Entonces, la verdad es que es bien difícil evaluar una encuesta si tiene un 48% que no revela opinión. Me parece que la prensa ha interpretado mal eso, como que hay una gran mayoría de gente que está indecisa, y a mi me parece que es una interpretación incorrecta.

-¿Por qué?

-Porque ahí hay un problema de trabajo de campo, de la toma de opinión, porque  es demasiado alto el porcentaje que no expresa preferencia. A esta altura no existe un 48% sin opinión. Simplemente en el campo la gente evadió la pregunta. Pero que la haya evadido no significa que no tenga opinión.

-¿Crees que el segmento de indecisos está sobrestimado?

-Sí, está sobrestimado el grupo de personas que no tienen opinión, o que no han decidido.

-En la última Cadem el rechazo supera al apruebo por 9 puntos.

-Claro, pero esos 9 puntos son sin llevar la suma a 100, porque otras encuestas no te reportan el porcentaje de rechazo y apruebo entre los votos válidamente emitidos, sino que te dejan un porcentaje que es entre 15 y un 20% de personas que no saben o no contestan.

-¿Se puede medir o pronosticar qué pueden votar esos indecisos o no contestan?

-Hay distintas formas, porque si piensas que el que no sabe o no contesta se comporta en forma proporcional a los que contestaron apruebo o rechazo simplemente lo expandes por el mismo factor.

-¿Es así?

-No. A nosotros nos ocurre que cuando comparamos con el corte anterior, nos da que los que no votaron en la segunda vuelta presidencial, que probablemente está más relacionado con los que no saben o no contestan, tienden a votar más rechazo que apruebo.

Por lo tanto lo que yo quiero decir con esto es que si hay una encuesta que está reportando un 20% de no sabe no contesta, tú no puedes repartir proporcionalmente ese 20% de acuerdo a los que votaron apruebo o rechazo, sino que probablemente de ese saco que no emitió opinión hay un mayor porcentaje que  vota rechazo a que vota apruebo.

-¿El rechazo podría estar subvalorado?

-Tienes razón. Mira, a nosotros nos ha dado una cifra bastante constante las últimas mediciones. Hace dos semanas atrás nos dio 61 y 39%. Hay pequeñas modificaciones, pero en general hay un alrededor de 60% que está votando rechazo y un 40%  apruebo.

-Es una diferencia grande.

-Es fuerte.

-El hecho de que el plebiscito del 4 de septiembre sea con voto obligatorio, ¿de qué manera influye o modifica el resultado?

-Es una buena pregunta. Porque en la última elección presidencial, en la segunda vuelta votó un 55% del padrón electoral, y si nos retrotraemos a cuando era el voto obligatorio, fue más de un 80% u 85%, o sea tenemos un 30% de personas que no votaron que ahora sí lo van a hacer, porque es obligatorio y la gente no quiere pagar la multa. No es porque convoque más esta elección.

Entender qué votaría esa gente que no votó y que ahora sí va a votar, obviamente que te puede dar vuelta una elección. De acuerdo a nuestros indicadores, tendemos a pensar que la gente que no votó está más proclive al rechazo que al apruebo.

-Un punto es el rechazo para reformar. ¿Cómo lo visualizas?

-Hay un eje fundamental que hemos descubierno en nuestros estudios, que es el siguiente: que la gran mayoría de la gente que vota apruebo no le cree a la centro derecha cuando dice que si gana el rechazo va a estar disponible para un cambio. Otro punto: la opción rechazo, entre mayor medida sea asociada  a los empresarios, a los ricos y a la centro derecha, menos probabilidades tiene de ganar. Es muy importante que el rechazo no esté vinculado con esos grupos.

-¿Hay un problema de credibilidad del rechazo?

-Ha habido declaraciones de los líderes de la centro derecha de que efectivamente se va a cambiar la constitución si es que gana el rechazo; es decir van a rechazar para reformar, pero hay un problema de credibilidad. En el fondo la gente que vota apruebo dice: “si es que gana el rechazo no vamos a tener la instancia para cambiar la constitución y nosotros entre que no haya cambio o que haya esta constitución nueva que la verdad que no nos convence, preferimos esta nueva constitución”.

-¿Puede ser un aspecto clave?

-Esa es una variable fundamental que puede sellar el triunfo en el plebiscito: si se le creyera a la centro derecha de que va a convocar y que va a idear a partir de un acuerdo nacional un cambio en la constitución si gana el rechazo, sin ninguna duda ganaría el rechazo.

-¿Hay una gran mayoría que quiere un nuevo texto? ¿No ha cambiado mayormente la ecuación desde el plebiscito de entrada?

-La aprobación por escribir un texto constitucional fue de un 80%. Esa voluntad de cambio sigue existiendo. No es que la gente ahora no quiera un cambio. La inmensa mayoría lo quiere. Lo que pasa es que esta nueva constitución es muy mala. Por eso que está ganando el rechazo. Pero hay todavía una necesidad y una voluntad de querer un cambio. En definitiva, una gran proporción de la gente que está votando apruebo es porque no le cree a la centro derecha que va a hacer ese cambio.

-¿Qué tan ligados están el rechazo y la desaprobación de Boric?

-Hay una mayoría que está rechazando la gestión del presidente Boric, lo cual refleja que está correlacionada la gestión del presidente con el apruebo y el rechazo. Además, el rechazo se vincula a los grandes temas: la violencia exacerbada como la vemos ahora, el conflicto en la macrozona sur, la delincuencia, y obviamente que también los problemas económicos, la inflación. Todo eso fomenta el rechazo. Hay una relación estrecha entre cómo le está yendo al país con este gobierno a si yo voto apruebo o rechazo.

Otra conclusión clara es que la mayoría piensa que la nueva constitución es un mal texto. La Convención quedó al debe en su promesa. Hemos visto tambien en las mediciones que ahora la gente preferiría que hubiera sido redactada por una comisión transversal de constitucionalistas y expertos. Se ha revalorizado a los técnicos.

-¿Qué tan decisivo ha sido el actuar de los constituyentes en la desvalorización de la Convención?

-Fundamental. Eso lo hemos visto en series de tiempo, con capítulos como Rojas Vade, la persona que está votando mientras se ducha, que son como tipping points, puntos salientes, que desvalorizan la gestión de la Convención. Los constituyentes cuando son protagonistas le hacen un claro desprestigio al apruebo. (Ex Ante)