A medianoche

A medianoche

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El 2018 se va hoy, para no volver. Me inspira estas líneas, que Navidad y Año Nuevo hacen más evidentes desigualdades instaladas en la humanidad. Por eso quisiera evitar que demos por obvios los atributos de nuestra medianoche. Para cuando nazca 2019 con sus abrazos y brindis, desearía que dediquemos aunque sea un instante fugaz, a valorar el Chile que hemos construido entre todos y a proponernos avanzar en lo que nos falta.

Agradecer que los estruendos y fulgores nocturnos sean fuegos artificiales y no balas o misiles, como en tantos lugares. Agradecer no vivir donde suena cruel que alguien hable de cenar o brindar; como en Venezuela, con mercados vacíos e inflación que ronda 1.000.000%. Agradecer la ventura de celebrar en familias congregadas y no en familias rotas, con padres, hijos o parientes dispersos por el mundo, nutriendo ese ejército de millones de migrantes buscando dejar atrás miserias, inseguridades y violencias de su tierra de origen. Agradecer vivir en un país donde la pobreza decrece y la economía crece; es cierto, nos queda lograr que la abandone ese casi 10% que aún la sufre, pero en tanto, en otros países de América Latina, la pobreza crece, superando el 30%, el 50% y hasta el 80% de la población. Agradecer que celebrar no sea privilegio reservado a una minoría; casi todos pueden hacerlo en casas, calles, barrios y pueblos a lo largo de Chile; no olvidemos las excepciones, pero reconozcámoslas como tales. Agradezcamos llegar a 2019 en democracia y no bajo la férula de dictadores.

En otras palabras, démonos un segundo para agradecer el país que hemos construido entre todos, aunque esté lejos de ser perfecto. No es magia, ni solo buenaventura. Es nuestra obra.

En el clima refunfuñón del que a veces hacemos gala, no faltarán los que consideren mi deseo como una muestra de asquerosa complacencia con un país de mierda. Se engañan. Ni complaciente, ni país de mierda.

Nos queda mucho por hacer. Tenemos una vastedad de desafíos pendientes. El propio 2018 no nos deja olvidar la cuestión mapuche y a quienes temen y sufren violencia en La Araucanía. Nos alerta de que nuestra institucionalidad no es todo lo buena que presumíamos, si prestamos atención a la opinión ciudadana o a lo vivido en Carabineros, la Contraloría y el Ejército. Nos impactan frivolidades de la política o deudas en seguridad ciudadana, educación, salud, pensiones y otras. Y siempre; reitero, siempre, habrá miserias, abandonos, injusticias, desigualdades, corruptelas y abusos de poderes estatales y privados, contra los cuales luchar. Pero si damos una mirada al mundo, hay razones para ser hoy patria de destino de migraciones y no de huida.

Creamos un poco más en nosotros. No somos un puñado de miserables y fracasados que deambula el Año Nuevo en un país asolado, ruinoso y decadente. Podemos hacer de 2019 otro peldaño a un país mejor, para todos. Lo hemos probado. (La Tercera)

Óscar Guillermo Garretón

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