Este martes se informó la muerte de Felipe Schwember Augier, destacado columnista y miembro fundador de Faro UDD. El abogado y doctor en Filosofía tenía 48 años y según cercanos falleció producto de un paro cardíaco.
«Con profundo pesar despedimos a Felipe Schwember Augier, fundador del Núcleo de Humanidades y Ciencias Sociales Faro UDD y profesor titular de la Universidad del Desarrollo. Filósofo riguroso, formador incansable, defensor de las sociedades libres y de la democracia representativa, dedicó su vida al pensamiento crítico, la docencia y el debate público», señala en sus redes sociales Faro UDD.
Agrega que «su partida nos conmueve profundamente y extendemos nuestras condolencias a su familia, amistades y a quienes compartieron su camino». Ignacio Briones, ex ministro de Hacienda, también lamentó el deceso.
«Ha fallecido repentinamente mi colega y amigo, el filósofo Felipe Schwember. Gran tristeza ante la partida de una persona brillante, sencilla y amable. Un valiente y sofisticado pensador liberal que deja un vacío grande. Mis sentidas condolencia a su familia».
Se autodefinía como «mi línea de investigación es la filosofía política anglosajona del siglo XX, la del idealismo alemán y además me dedico a la tradición utópica. Estas líneas incluyen aristas como la teoría de la propiedad, la teoría de la democracia y la teoría de la justicia».
Schwember era habitual columnista de El Mercurio. Su última publicación fue el pasado 8 de mayo y se tituló «Coherencia y unidad de las derechas», donde hablaba sobre la no realización de primarias en la oposición. En ella apuntaba que «no habrá una primaria de todas ‘las derechas’. Los reproches que apuntan a la ‘falta de generosidad’ de sus candidatos asumen que sus diferencias son accidentales: cuestiones de énfasis, de voluntad o de prudencia para saber cómo aplicar unos principios, que se suponen compartidos. Pero quizá este diagnóstico es muy optimista. Parte de la base que existe cierta continuidad doctrinal, que es conocida y por la que se orientan los personeros del sector. Pero quizás el asunto es más profundo y tiene que ver con la falta de concordancia, no solo entre los distintos partidos, sino también al interior de cada uno de ellos».
«Una primaria solo tiene sentido cuando existe unidad, si no doctrinaria, sí al menos programática. Esta última podría haberse expresado en un programa de contrarreforma que tuviera como objetivo corregir o incluso revertir ‘el legado’ de Bachelet II. Sin embargo, Chile Vamos liquidó esa posibilidad al apoyar el proyecto previsional del Gobierno. Con ello dio una señal contradictoria a sus posibles aliados, además de contribuir, inexplicablemente, al impulso de la ministra Jara».
«Pero, más allá de este episodio, tampoco es fácil advertir la afinidad doctrinal que podría prestarle unidad al sector. Chile Vamos defiende la democracia representativa y la subsidiariedad. O eso se supone, pues su reiterada aquiescencia a distintos proyectos que van en contra de la segunda permiten dudar de que sus miembros tengan, en general, clara la diferencia entre un Estado subsidiario y un Estado de bienestar.
Por otro lado, las recientes declaraciones de Evelyn Matthei acerca del Golpe ponen en cuestión su posición respecto de la democracia, pese a que, sin embargo, pretende recoger y continuar el legado histórico del Presidente Piñera». (Emol)