Mad Men Máximos

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Qué imagen de película o teleserie, de esas que transmiten por Netflix, se habrán pasado por la mente en el Ministerio de Energía que los llevó a programar toda una campaña publicitaria millonaria para volverse creíbles?

Un tremendo esfuerzo esto de “ciudadanizar” al ministerio; adiestrar a su titular con técnicas comunicativas asistido por actores; llevarlo a matinales de televisión para hablar sobre ampolletas, además de los almuerzos y cabildeos con parlamentarios; digitalizar plataformas; hacer participativa la planificación programada; sondear el efecto “percepción” mediante encuestas, adicionales a las que llevaban años haciendo en energia.gob.cl, aunque descartadas de repente por no estar al día, no como éstas otras manipulaciones en oferta.

Porque, además, nótese, todo esto se devela como si fuera un “making of”, tras la salida intempestiva del ministro, “el mejor evaluado del gabinete”, una costosísima fuga para un gobierno que venía en caída libre. Muy Mad Men: recordemos su “opening” con los títulos y créditos. Ministro que se va y se suma a la campaña de Lagos, puros golpes comunicacionales orquestados uno tras otro, hasta ahora. ¿Es que desde el mismo gobierno dolido se nos quiere contar en qué ha estado Pacheco? ¿Publicidad o propaganda, lo suyo? ¿Del ministerio o del ministro?, el “tapado” de Lagos, por si éste no sube en rating, dicen.

Ya nadie habla de propaganda, pero de eso se trata: de proyectar imagen, concientizar al público, fomentar “credibilidad” que en el mundo post-factual en que estamos pareciera que vale más que la firme. Esta es la manera como se hace política hoy, creando rostros, catapultándolos, produciendo efectos y tendencias mediante sugestión consumista (tipo Halloween), con la particularidad de que es una manera altamente manipulativa de “crear-crear-poder” a lo Mapu, no dejándose ver a menos que se les pille o filtre, igual que con el lobby. Y de la que no se pretende que seamos parte por supuesto; a lo sumo se nos intima voyeristamente como si de pornografía se tratara.

Y es que, además, es la cancha donde se juega el todo por el todo, la preservación y continuidad de quienes estando en el poder no lo van a abandonar graciosamente. Está claro que las elecciones son aleatorias, los movimientos sociales incorregibles en su tendencia natural a la radicalización, cero garantía de que puedan gobernar, y el viejo consensualismo agoniza.

El gobierno de Bachelet viene apostando hace rato a este nuevo tipo de maquinación, gastando millones de dólares en Secom, haciendo circular cuánto video y panfleto, y lo del proceso constituyente cómo olvidarlo. Máximo Pacheco lo que hizo fue seguir en esa línea pavimentándole el camino al próximo gobierno, aunque, detalle no menor, con fondos públicos, nuestras platas. Lo de las boletas, prehistoria superada.

Ya lo decía ese as de la propaganda que fue Goebbels, hacia 1933: “Y ahora tenemos que llegar al poder… ¡de un modo u otro!”, y “Solo quien merece el triunfo podrá preservarlo” (post 1933). (La Tercera)

Alfredo Joselyn-Holt

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