El presidente Donald Trump ordenó una «revisión exhaustiva» a nivel federal de las pautas de vacunación infantil de Estados Unidos para alinearlas con las «mejores prácticas» a nivel mundial.
La orden se anunció en Truth Social horas después de que un comité de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) eliminara la recomendación de vacunar a recién nacidos contra la hepatitis B, decisión que Trump calificó como «excelente».
El memorando presidencial busca acelerar una evaluación de los calendarios de vacunación de países desarrollados como Canadá, Japón y Alemania, para que el calendario estadounidense se base en «la ciencia y el sentido común».
Trump criticó que el plan de vacunación infantil en Estados Unidos haya exigido hasta 72 inyecciones a «bebés perfectamente sanos», lo que considera «ridículo» y excesivo.
CAMBIOS EN EL CDC Y EL FACTOR KENNEDY
La medida de Trump llega tras la decisión de la comisión de los CDC de retirar la histórica recomendación de inocular contra la hepatitis B a los recién nacidos, una postura vigente desde 1991.
Este movimiento se produce luego de una serie de cambios en la cúpula de salud; en junio, Robert F. Kennedy Jr., el secretario de Salud, despidió a 17 expertos de la comisión por presunto «conflicto de intereses».
Kennedy Jr., a quien Trump encargó la revisión de las pautas, ha cuestionado reiteradamente la eficacia de las vacunas y ha apoyado teorías que sugieren que causan autismo.
El Gobierno de Trump también nombró a Jim O’Neill al frente de los CDC, en reemplazo de Susana Monarez, quien denunció haber recibido presiones para aceptar narrativas antivacunas.
La Administración Trump presenta estos cambios como esfuerzos para «restaurar la confianza, la transparencia y la credibilidad de los CDC«.



