En las mareas electorales influyen siempre muchos factores, por lo que es aconsejable no tomar las encuestas sobre preferencias presidenciales como si mostraran, a 4 meses de la elección, una realidad ya consolidada. El período de campaña propiamente tal, con todos los candidatos inscritos, aún no se inicia. Recién en septiembre, podremos ponderar el mensaje de cada postulante y tomar el peso a las fuerzas que se han puesto en movimiento. Será una campaña dura, en la que, lamentablemente, podrían abundar los golpes bajos.
La última elección presidencial (noviembre/diciembre de 2021) se efectuó con voto voluntario, pero la reforma constitucional aprobada en diciembre de 2022 restableció el voto obligatorio, lo que constituye un dato determinante para la concurrencia a las urnas de mucha gente no politizada. Pese a las maniobras de La Moneda para reducir el voto de los extranjeros residentes, lo más probable es que la participación sea superior a los 13 millones de electores que votaron en la elección municipal y de gobernadores del año pasado.
La aparición de la candidata del PC en el primer lugar de las encuestas ha contribuido a reforzar la trascendencia de esta elección. ¿Tiene Jeannette Jara reales posibilidades de alcanzar la Presidencia? Se ven lejanas en este momento, pero no puede descartarse que, si ella pasa a segunda vuelta, se configure un cuadro parecido al que benefició a Boric en 2021: que los recelos que despierte su rival sean más fuertes que los que despierte ella. Es cierto que la situación de hoy es menos favorable para las izquierdas, sobre todo porque ya vimos gobernar a Boric y la mochila de la militancia de Jara es muy pesada, pero todo es posible.
Inmediatamente después de la primaria, Jara dijo que ella y Kast disputarían la segunda vuelta. Al parecer, su mayor esperanza es un escenario en el que pueda llamar a “detener a la ultraderecha”, consigna a la que es muy sensible la antigua centroizquierda. Kast, por su parte, ha buscado la confrontación con Jara en los debates, calculando seguramente que, en una segunda vuelta con ella, el rechazo al comunismo inclinaría la balanza.
¿Hay espacio para que otro candidato irrumpa con una fuerza que modifique el cuadro actual? No se ve en este momento. El 18 de agosto sabremos, finalmente, quiénes reunieron las firmas exigidas para la inscripción. De todos modos, podría ocurrir que un nuevo postulante le reste votos a alguno de los actuales competidores, y frustre así su paso a segunda vuelta.
En varios sondeos que han incluido escenarios de segunda vuelta, Evelyn Matthei supera a Jara con mayor amplitud que Kast. Por ejemplo, en la encuesta de julio de La Cosa Nostra, y sumando votantes seguros y probables, Kast obtiene 54,2% frente a 45,8% de Jara. En tanto que Matthei obtiene 58,5% frente a 41,5% de Jara.
La encuesta metodológicamente más rigurosa, la del CEP, aportó un dato llamativo en junio (antes de la primaria oficialista). Frente a la pregunta ¿Quién le gustaría a usted que fuera la o el próximo presidente de Chile?, el resultado fue Kast, 14%; Matthei, 12%; Jara, 5%; Kaiser, 5%; Tohá, 5%. Y frente a la pregunta ¿Quién cree usted que será la o el próximo presidente de Chile?, el resultado fue Matthei, 26%; Kast, 17%; Tohá, 5%; Kaiser, 4%, Jara, 2%.
En suma, hay que mirar las encuestas con cautela. La carrera no está corrida. Todo está en movimiento. Muchos electores, quizás la mayoría, decidirán su voto en la fase final de la campaña, una vez que hayan hecho las sumas y las restas respectivas. Y en la segunda vuelta, como está demostrado, pesará fuertemente el voto orientado a evitar la alternativa más riesgosa.
La cuestión de asegurar la paz y la seguridad estará en el centro de las preocupaciones ciudadanas, o sea, el deseo de que el próximo gobierno combata la criminalidad con todos los recursos del Estado. Ha crecido la comprensión de que el orden legal es la clave de las posibilidades de progreso. Y ello supone, necesariamente, el despliegue de la fuerza legítima en que se sostiene el régimen democrático. Este es el punto más problemático para Jara, sobre todo si desde su propio partido emerge la voz amenazante de Daniel Jadue: “El pueblo tiene todo el derecho y la razón para pasar por sobre el Estado de Derecho”.
En teoría, una candidatura que hubiera unificado a todas las corrientes de derecha, podría haber ganado la elección presidencial en primera vuelta. No hubo tal confluencia, y llegarán 3 candidatos de ese mundo a la votación del 16 de noviembre. Entre dos de ellos, Kast y Matthei, está planteada una fuerte competencia, en cuya resolución influirán no solo las definiciones programáticas, sino la personalidad de cada uno, la cultura, la capacidad de interpretar los signos de estos tiempos, la disposición de diálogo, las afinidades internacionales y, ciertamente, la experiencia acumulada en la compleja tarea de ejercer el poder. Gravitará también la percepción de la calidad de sus equipos.
De todas maneras, y aunque no sea electoralmente oportuno decirlo en este momento, Kast y Matthei saben que la posibilidad de ganar la Presidencia y luego gobernar les obligará a sumar sus fuerzas. (Ex Ante)
Sergio Muñoz Riveros


