El anuncio de dimisión del primer ministro iraquí, Adel Abdel Mahdi, no ha bastado para que los ciudadanos dejen de protestar contra el gobierno y miles de personas volvieron a salir a las calles de Bagdad y de ciudades del sur del país este sábado (30.11.2019), decididos a mantener la movilización hasta que se marchen «todos los corruptos».
Mahdi, que está en el cargo desde hace un año, anunció el viernes que iba a «presentar al Parlamento una carta oficial en la que expresa su intención de dimitir, para que los diputados puedan estudiar las opciones que tienen».
En Nasiriya, ciudad del sur donde la represión de estas manifestaciones ha provocado decenas de muertes en los últimos días, los manifestantes quemaron neumáticos este sábado para cortar el tráfico en tres puentes sobre el río Éufrates, reportó la agencia de noticias AFP.
Funeral de un manifestante que fue asesinado en una protesta contra el gobierno en Najaf, Irak (30.11.2019)
MÁS DE 400 MUERTOS EN DOS MESES
En la ciudad de Diwaniya, en el sur, miles de iraquíes también se congregaron para pedir «la caída del régimen» y el fin de un sistema político concebido por Estados Unidos desde la guerra e invasión de 2003 y el derrocamiento de Sadam Husein.
En dos meses de manifestaciones, más de 420 personas han perdido la vida violentamente en estas protestas y los heridos superan los 15.000, según un balance de AFP con base en fuentes policiales y médicas.
Solo desde el jueves, 42 manifestantes han muerto en Nasiriya, donde la policía dispersa las protestas con munición real. En Nayaf, la cifra es de 21.
Los iraquíes reclaman una nueva Constitución y sobre todo una renovación total de la clase política, considerada incompetente por permitir que el PIB anual de Irak, segundo productor mundial de petróleo, se evapore dos veces en 16 años. (DW, afp/reuters)



