El 18 de diciembre de 2015 se inició una de las revoluciones tecnológicas más importantes del Poder Judicial de Chile: la publicación de la Ley 20.886, conocida como «Ley de Tramitación Electrónica».
Esta nueva forma de tramitar terminó con los expedientes físicos y modificó para siempre la materialidad de todos los procesos judiciales, los cuales pasaron a tener un soporte electrónico.
El Poder Judicial de Chile, consciente de la necesidad de mejorar sus sistemas de tramitación y de brindar un mejor servicio a la comunidad, asumió este desafío, que tendría positivos impactos en la comunidad: mejorando la trazabilidad de los procesos judiciales, disminuyendo los costos en papel, tiempo y energía, y mejorando la disponibilidad.
Con la Ley 20.886 nació también la Oficina Judicial Virtual (OJV), una novedosa plataforma digital que permitía que los usuarios(as) y abogados(as) pudieran ingresar y revisar las demandas y escritos, de manera digital, desde cualquier lugar del mundo y en cualquier horario. De esta forma, la aguja, el papel y el hilo quedaban atrás y daban paso a la era digital.
Desde la implementación de la ley han pasado dos años y actualmente Chile es el único país del mundo que cuenta con una Ley de Tramitación Electrónica (LTE) implementada en todas las materias, lo que ha permitido beneficiar a nuestros usuarios, abogados, jueces y funcionarios.
A diciembre de este año y desde la creación de la OJV, se han recibido más de 18 millones de escritos y más de tres millones de demandas al mes. Asimismo, más de 57 instituciones se encuentran interconectadas a esta plataforma, lo que da cuenta de un sistema que funciona y que es tremendamente valorado por nuestros usuarios, quienes destacan los beneficios del sistema.
En términos concretos, el ingreso de demandas por OJV ha tenido significativo impacto en la judicatura civil, donde la LTE redefinió la forma en que los usuarios se vinculan con los juzgados. En el caso de las otras competencias, el impacto ha sido menor, pero de todas formas significativo. Esto porque los ingresos de demandas ocurren vía interconexión con otras instituciones o por vía presencial (en caso de familia).
En este sentido, queremos agradecer a todas las personas que forman parte del Poder Judicial y de la Corporación Administrativa, quienes durante dos años han trabajado en la implementación de este sistema, mejorando los procedimientos y adaptando su forma de trabajo a la tecnología y a las nuevas necesidades de nuestros usuarios y usuarias, y que continuamente se encuentran trabajando para mejorar este sistema.
Para los próximos años, el Poder Judicial, a través de la Corporación Administrativa y sus comisiones en las distintas jurisdicciones del país, ya se encuentra trabajando en fortalecer y mejorar la Oficina Judicial Virtual, de manera de optimizar aún más la experiencia del usuario y crear nuevas aplicaciones móviles que faciliten el ingreso y revisión de las demandas y escritos ingresados digitalmente.
Asimismo, nos encontramos evaluando nuevos mecanismos de inteligencia artificial, el teletrabajo y la automatización de procesos judiciales, como la presentación de escritos, a través del establecimiento de formularios predeterminados, que faciliten y hagan más expedito este proceso.
Además, realizaremos inversiones para robustecer la plataforma tecnológica, haciéndola cada vez más segura, rápida y eficiente y permitiendo alcanzar una mayor disponibilidad, para poder ampliar la cobertura de la tramitación electrónica a procesos de toda naturaleza que se tramiten dentro del Poder Judicial, incluyendo todas las labores de los tribunales y de la Corporación Administrativa.
Actualmente, el Poder Judicial está viviendo una silenciosa revolución tecnológica, pensada en nuestros usuarios, de manera de mejorar el acceso a la justicia para todas las personas, de la mano de la digitalización. (El Mercurio)
Gloria Ana Chevesich
Ministra de la Corte Suprema
