Aunque queda más de un mes para que el Ejecutivo envíe al Congreso el proyecto de ley de Presupuestos 2019, los ministros sectoriales ya comenzaron sus reuniones con Hacienda para abordar el tema.
En el caso de Salud, el ministro Emilio Santelices aseguró a «El Mercurio» que está solicitando un reajuste de 6% para el próximo año, que se traduciría en $480 mil millones más que los recursos actuales de la cartera (poco más de $8 billones). Sería una cifra similar al reajuste de 6,9% que tuvo el ministerio para 2018.
Pero además del aumento de recursos, la cartera pidió a Hacienda introducir otro cambio en el presupuesto: modificar el sistema de financiamiento de los hospitales que, a juicio de expertos, hoy es una de las razones por las cuales los establecimientos mantienen una creciente deuda con sus proveedores, que en junio superó los $321 mil millones.
Santelices contó que «vamos a cambiar el sistema de financiamiento a los hospitales para que se hagan cargo de ser más eficientes». Esto se lograría mediante el pago de las prestaciones con un sistema ajustado a riesgo. Es decir, si hoy al momento de hacer una operación al hospital se le paga por la cama que se utiliza, los exámenes del paciente, medicamentos, honorarios médicos, entre otros, solo recibirá un monto por intervención, que incluirá todos los gastos y que estará previamente establecido.
De esta forma, los recintos más eficientes que realicen la operación a un costo más bajo del fijado podrán ahorrar los recursos que sobren. En cambio, los que gasten más del valor deberán hacerse cargo de la diferencia.
Con esto se dejaría atrás el actual modelo en el cual Fonasa asigna los recursos a los servicios de salud a través de dos vías: un monto según la cantidad de atenciones que realicen -cuyos valores están en un arancel que debería costear completamente la prestación, aunque estudios han afirmado que ese precio está al menos 10% subvalorado-; y otro, de acuerdo a lo que históricamente ha necesitado el recinto, principalmente para financiar costos fijos como sueldos.
Manuel José Irarrázaval, director del Instituto de Políticas Públicas de Salud de la U. San Sebastián, asegura que «este cambio es un paso muy importante en la mejoría de la gestión, porque estimula a los administradores de los hospitales a ser más eficientes».
En el ministerio aseguran que este cambio en el pago a los recintos requerirá un aumento de recursos de $200 mil millones respecto del actual presupuesto de los hospitales. Para Santelices, esto se justifica, ya que «así sinceramos la situación actual (…) Hoy hay mucha ineficiencia, y finalmente Hacienda igual tiene que terminar pasando más recursos (para pagar deuda)», afirma el secretario de Estado.
Este es un cambio que la cartera hace años está tratando de materializar. En el último gobierno de Michelle Bachelet se hizo un plan piloto con algunos hospitales, y el propio ministro Santelices trabajó en el proyecto asesorando a Fonasa.
IMPLEMENTACIÓN
Si bien el consenso acerca de los beneficios del nuevo sistema parece ser transversal, Héctor Sánchez, director del Instituto de Salud Pública de la U. Andrés Bello, afirma que hay que contemplar que «dada la cultura que han tenido los hospitales en su gestión financiera y de producción, es necesario que se haga un proceso de transformación cultural y de capacitación de todos aquellos responsables».
Sánchez plantea que todos los recintos deben ajustarse a sus presupuestos y que esto sea una variable determinante en su evaluación y su eventual permanencia.
Por su parte, Irarrázaval dice que es necesario implementarlo de forma gradual, ya que «no estamos en condiciones técnicas y de calidad de gestión en todo el país como para imponerlo en el presupuesto de 2019».
En cambio, propone instalarlo primero en algunos de los hospitales más complejos y solo en un número de prestaciones cuyos valores sean fácilmente definibles. (El Mercurio)


