Santelices: «Hospitales objetores deberán reformular convenio con el Estado»

Santelices: «Hospitales objetores deberán reformular convenio con el Estado»

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Al menos siete tomos de carpetas con programas de políticas públicas se pueden observar en uno de los escritorios que el ministro de Salud, Emilio Santelices, tiene en su oficina en el tercer piso del ministerio de calle Enrique Mac Iver.

Y es que las metas que se autoimpuso el secretario de Estado no son menores. En las próximas semanas, Santelices quiere implementar un nuevo sistema para reducir a corto plazo las listas de esperas, además del debut del programa «Hospital Digital», para trabajar en red entre los establecimientos; descentralizar el pago de las licencias médicas; avanzar en un nuevo plan nacional del cáncer; la ejecución de la reforma a las isapres y el envío de un nuevo proyecto de ley de transplantes, entre otros.

Para Santelices tampoco le ha sido fácil llegar hasta el cargo que tiene hoy. Siendo el menor de seis hermanos -e hijo de un contador público-, estudió medicina en la Universidad Católica, período en el que a la vez se desempeñó como chofer de taxis para ayudar con los gastos en su casa.

Luego optó por trabajar medio tiempo, entre clases, en la imprenta Grecia ubicada cerca de la Estación Mapocho, además de participar en movimientos de reflexión en pleno régimen militar. Sin embargo, este no había sido su primer acercamiento con la política. En su juventud, ya había militado en las Juventudes de la Democracia Cristiana y durante su paso por el Colegio Hispanoamericano de Santiago creó la Federación de Estudiantes Particulares junto a Andrés Palma y José Miguel Crispi.

Hoy, liderando la cartera de Salud, el ministro sale al menos una vez por semana a algún hospital público de la capital, para ver en primera persona las falencias y precariedades que sufre el actual sistema de salud. «Voy sin avisar, como cualquier ciudadano», dice. De esta manera, Santelices ya ha estado en el Hospital San Juan de Dios, en el Padre Hurtado y en el Barros Luco. «Con el solo hecho de que a la autoridad la vean que está preocupada de resolver, el de dar una solución y de recoger observaciones, la gente lo encuentra muy valioso», destaca.

Sin embargo, en los últimos días ha tenido que ausentarse de estas visitas y concentrarse en el nuevo reglamento sobre la normativa de objeción de conciencia, en el marco de la Ley de despenalización de la interrupción del embarazo en tres causales. Esto, luego que el 9 de mayo la Contraloría General de la República resolviera objetar el protocolo 432 presentado por la cartera de Salud y que fue liderado por el ministro. A más de 50 días de ese hecho, Emilio Santelices explica el detalle del reglamento.

-¿En qué consiste?

-Nos encontramos en una situación en donde como autoridad sanitaria tenemos que dar cumplimiento a la ley. Y nos encontramos con dos institucionalidades jurídicas que tenían posiciones encontradas: el Tribunal Constitucional y la Contraloría General de la República. Y por eso nos hemos tomado el tiempo adecuado, en donde lo que hemos hecho es proponer un reglamento que nos permita conciliar estos dos derechos. Es decir, nosotros dar garantías del cumplimiento de la Ley de interrupción del embarazo en tres causales que nos mandata la Contraloría, y, por otro lado, dar cumplimiento a la objeción de conciencia institucional de que nos habla el Tribunal Constitucional. ¿Y qué es lo que estamos proponiendo? Que las instituciones privadas objetoras de conciencia, que tengan convenios bajo el Decreto de Fuerza de Ley (DFL) 36, puedan tenerlos, a excepción de aquellos convenios que tengan que ver con las prácticas de ginecología y obstetricia.

-En la práctica, ¿cómo va a regir este nuevo reglamento en los centros de salud?

-Los servicios de salud pueden tener convenio con instituciones privadas bajo el DFL 36 y, a partir de eso, el Servicio de Salud contrata la atención en ese lugar privado, para que atienda a los pacientes del Servicio Público y se paga por esa atención. Han existido acuerdos que son amplios y que incluyen todo tipo de patologías, entre ellos, aquellos que involucrarían la interrupción del embarazo en tres causales. Y eso es lo que generó, a partir del dictamen de la Contraloría, que estas instituciones no pudieran ser objetores de conciencia.

Entonces, para resolver esa contraposición de derechos, lo que hemos dicho -y para preservar la posibilidad de que las personas puedan seguir accediendo a sistemas privados cuando el sistema público no puede darles solución a sus problemas- es que las organizaciones privadas que tienen este DFL 36, lo van a poder seguir haciendo, pero no van a poder incluir dentro de esas carteras de servicio atenciones gineco-obstetra. Así es como se puso en el reglamento. Es decir, si un hospital es objetor de conciencia, va a tener que reformular su convenio con el Estado y con esto se resuelve el tema.

-¿De qué manera?

-Se resuelve el tema porque para suplir esa demanda de atención más acotada, yo la puedo hacer en otro lado.

-Y, por ejemplo, si en una institución objetora de conciencia, un médico está dispuesto a hacer la intervención, ¿no va a poder hacerlo?

-No, eso ya está establecido.

-¿Y con esta medida no se vulnera la libertad de elección de las mujeres de ir a un ginecólogo donde ella lo estime conveniente?

-La verdad es que aquí hay principios que uno tiene que sopesar. Además, aquí existen otras opciones para que esa persona pueda elegir, y lo más probable es que la situación sea mucho más de excepción que el general de la regla. Entonces, pienso que eso no debiera ser un tema que vulnere la libertad de elección si es que existen muchas opciones.

-¿Qué va a pasar con el Hospital de Osorno en el que todo el equipo señaló hace un tiempo que harían uso del recurso de objeción de conciencia?

-Nosotros definimos un protocolo muy preciso para derivación, pero también generamos un cargo que esté disponible, para contratar a un médico de interconsultor que pueda atender a las pacientes en ese hospital. Eso está resuelto, dado que la causal que podría generar alguna dificultad es el de la causal 3. Y esa es una causal que es electiva, no de urgencia.

-¿Cuándo entra en práctica el nuevo reglamento?

-Este año. Tenemos que esperar el tiempo que se demore en tomar razón la Contraloría. Ahora, en la práctica la ley tiene un reglamento, por lo que no ha habido ninguna paciente que haya requerido la intervención por alguna de las tres causales y que no haya tenido el adecuado tratamiento. Eso no ha ocurrido. Ha tenido el tratamiento, el acompañamiento y en algunos casos particulares incluso el traslado. Eso está funcionando.

-¿Cuántas casos han detectado de mujeres que han interrumpido su embarazo haciendo uso de la nueva ley?

-La última cifra que yo tengo es que hay 341 mujeres que han interrumpido su embarazo con las distintas causales, desde 2017.

«PROYECTOS EN TABLA»

-En otro tema, ¿coincide con aquellos que señalan que ha habido obstrucción por parte de la oposición en el Congreso?

-Esperaría que los proyectos de ley que estamos impulsando se puedan poner en tabla y que se les pueda dar mayor celeridad. Uno de ellos es la Ley de Fármacos Dos, que es muy importante avanzar.

-Por lo tanto, ¿coincide con las críticas de su sector?

-Sí, claro.

-En la oposición acusan que han tratado de avanzar. De hecho, el presidente de la comisión de Salud de la Cámara, Juan Luis Castro, ha afirmado que a usted se le ha invitado a esa instancia, pero se ha negado a asistir…

-No, en absoluto. Se lo he manifestado a él explícitamente. Yo cada vez que he sido invitado, he ido. Algunas veces no lo he podido hacer por temas de agenda, porque estamos haciendo mucho trabajo en terreno, viajando mucho, pero valoro enormemente el trabajo legislativo. Por eso he dado instrucciones claras de que si yo no puedo ir por alguna razón, va la subsecretaria con los equipos técnicos para contribuir para que los proyectos legislativos salgan rápido.

-La semana pasada usted tuvo que participar de una acusación constitucional que se impulsaba en su contra. Finalmente, terminó en la cuestión previa evidenciando un fuerte revés para el Frente Amplio. ¿Usted a qué atribuye la ofensiva de ese bloque?

-Creo que se reflejó una impaciencia y faltó, a mí entender, un mayor grado de reflexión. A mí me llamó la atención, además, porque percibí dentro de esta discusión un cierto nivel de intolerancia muy importante. Espero que toda esta experiencia haya servido de lección.

-¿Le duelen algunas críticas?

-No, porque tengo cómo explicarlas. Si cometo un error, lo reparo, y si tengo que dar disculpas, las doy. La única crítica que me pudiera doler es que el Presidente no estuviera satisfecho con mi trabajo y que pidiera que yo no siguiera en el cargo, pero las otras son parte del ejercicio.

-¿Y nunca ha pensado en renunciar?

-No, tengo mucha convicción en lo que estamos haciendo.

-¿Y qué autocrítica se hace con los errores comunicacionales que ha cometido en estos tres meses, que lo han llevado incluso también a ser interpelado?

-Me hago una autocrítica: ser demasiado exigente a la hora de buscar soluciones para temas tan postergados y que hacen sufrir mucho a la gente. (El Mercurio)

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