Con los años ha ido creciendo su presencia a nivel internacional, sumándose más y más investigadores que abordan la multifacética obra de Bello.
Desde el siglo XIX en adelante cada generación ha hecho aportes que abren nuevos caminos, cultivan nuevos lazos y un sentido de comunidad intelectual que raramente se encuentra entre los estudiosos del papel de las ideas en el surgimiento de las nuevas naciones.
Según Francisco Javier Pérez, secretario general de la Asociación de Academias de la Lengua Española (ASALE), es posible documentar la obra de más de 60 investigadores de habla hispana en los últimos 40 años (“Veneración de Bello”, 2022). Nuestro país no se ha quedado atrás. Por el contrario, cada año aumenta el número de publicaciones, charlas y encuentros en torno a su figura. El más reciente se celebra este 15 de octubre en la Biblioteca del Congreso Nacional, en la cual se lanza la publicación de la obra “Andrés Bello. Su palabra política. Jurista, senador e intelectual”, coordinado por el equipo editor de la BCN.
¿A qué se debe este sostenido y creciente esfuerzo por comprender la figura de Bello? Sin duda, por su relevancia para entender nuestros desafíos contemporáneos. En particular, su énfasis en la claridad y observancia de la ley, la necesidad de la transparencia de las instituciones republicanas, la probidad de los empleados públicos, la importancia de las humanidades y de una educación formadora de ciudadanos.
El principio que anima toda su obra es la dinámica entre orden y cambio, que son mutuamente dependientes. Bello entendió que los cambios debían producirse de la mano de la evolución de la sociedad, pero debían ocurrir dentro de un orden institucional con valores tales como la libertad y la responsabilidad.
Este año se celebra otro hito fundamental en nuestra historia jurídica: los 170 años de la promulgación del Código Civil de la República de Chile, que en gran parte se encuentra todavía vigente y que este año se presenta en una esmerada edición preparada por Claudia Castelletti bajo el sello de la Biblioteca Nacional de Chile, con el patrocinio de la Universidad Adolfo Ibáñez.
Este es un momento oportuno para reflexionar sobre los temas centrales del Código Civil, el cual hace descansar la paz y la armonía nacional en la claridad de los ciudadanos respecto de sus deberes y derechos en materias como el estatus jurídico, los derechos de sucesión, la circulación y traspaso de los bienes, la capacidad de firmar contratos y asumir otras obligaciones. También es importante por lo que implica: un alfabetismo generalizado, la íntima relación entre lenguaje y ley, y el predominio de la ley escrita sobre la costumbre.
En la década de 1940, Joaquín Edwards Bello habló de la necesidad de “desmarmolizar” a su “bisabuelo de piedra”. Lo logró en gran parte, difundiendo aspectos hasta entonces desconocidos de la vida de Andrés Bello.
Hoy más que nunca, cuando abunda y se profundiza el desprestigio de la política, la vulnerabilidad de las instituciones y la incertidumbre jurídica, es importante recurrir a una figura que inspira por su impronta intelectual y su compromiso cívico.
No fue una vida fácil la de Bello en Chile, pero aquí encontró un hogar y lo hizo permanente. Sobre todo, quiso que esta patria fuera motivo de orgullo por su énfasis en la continuidad sin temor a enfrentar el cambio.
Iván Jaksic
Director Cátedra Andrés Bello, UAI



